La cámara es una herramienta; se compra, pero la visión genial del fotógrafo que lo es, la capacidad de transmitir sensaciones, es innata, y aunque se educa, no se puede comprar, no estará nunca al alcance de mediocres, oportunistas tecnológicos y trepas.
He ahí la diferencia entre el arte y la vulgaridad manifiesta. Afinemos y salvemos los muebles, no nos queda otra si no pertenecemos a ese privilegiado y admirable grupo. JRM
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