Hubo una generación que, entre los 40 y 45 años, su preocupación principal eran las tasas de universidad de sus hijos, orientarlos en su carrera, acompañarlos en el duro cambio; hoy a esa edad -salvo honrosas excepciones-, su preocupación principal, es su posturéo enfermizo y redes. Algo va mal, algo estamos haciendo muy mal. JRM
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