Cuantas historias marineras me evoca esta argolla de ancla; cuantas aventuras náuticas, cuantas millas y horas de mar, cuantos pantocazos estibada en la proa, cuantas olas, cuantas inmersiones en fin, para evitar que el barco sea arrastrado a tierra por el ímpetu del mar ....... y ahora, en tierra, sigue deteriorandose bajo la influencia del mar, inhiesta, orgullosa, pero cerca del entorno que tanto le ha dado.
JRMéndez
2 comentarios:
Orgullosa y cercana. ¡Qué cierto!
Preciosa foto!
Gracias amigo.
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